12. No te enamores de él. Por favor.

-¿Qué era lo que querían sus padres?-me preguntó Luis dándome un beso fugaz.

-Nada, una tontería-dije riéndome con la risa más falsa del mundo.

No podía decirle que había sido todo un capricho de Luis fruto de sus “celos”. Y lo pongo entre comillas, porque es un idiota, un imbécil que juega con las chicas, un memo, un desgraciado, un completo estúpido, un…

-Bueno, pues estoy seguro de que en clase no me echarán mucho de menos la primera clase, así que puedo acompañarte.-dijo él interrumpiendo mis pensamientos.

-¿De verdad? Eres un sol, cariño-le dije abrazándome a él contenta.

-Vaya es la primera vez que me dices eso-dijo sonriendo.

-¿De verdad?-dije nerviosa. Quizá me había pasado. A lo mejor eran los nervios. Todavía podía sentir el beso de Miguel en mis labios de la noche anterior, y me quemaba por dentro pensar que quizá había notado algo.

-Aunque he venido a recogerte demasiado pronto, ¿por qué no vamos al parque y…?

-No pienso dejar que me toques. No sé cómo te atreviste a meter la mano debajo de mi camiseta, ¡pedazo de pervertido!-le grité pegándole un suave empujón.

-Pero si no te toqué-dijo-sabes que no lo haría sin tu permiso.

-¿Quién te dice a ti que quiero que me toquen?-dije enfadada-y menos para darle celos a Miguel. ¿Te crees que no me di cuenta?

-Ah-dijo dando un suspiro-lo siento.

-¿Crees que con un simple “lo siento” te voy a perdonar?-le dije con todo mi genio.

-Bueno…-dijo cogiéndome de un brazo.

Me atrajo hacia él y me besó. Me quedé quieta. Iba a dejar que siguiera besándome cuando de repente un escalofrío me recorrió la espalda. La imagen molesta de Miguel saliendo de la cocina se repetía una y otra vez en mi cabeza. Una. Y otra vez.

-Suéltame-le dije-Suéltame, por favor.

Él se separó de mí y me miró preocupado. Me abracé los brazos, tenía frío. Sorbí para contener las lágrimas, pero Luis se dio cuenta en seguida.

-Yo…de verdad, lo siento si te hice daño-dijo con voz callada y mirándome con dolor.

-N-no es eso-dije dejando que las lágrimas surcaran mis mejillas-es Miguel…

-¿Miguel?

Vi el enfado cruzar su cara.

-¿Te ha hecho algo? Porque si lo ha hecho, yo…

-No-respondí-si le tocas, yo… yo tendría toda la culpa. Limítate a escucharme, por favor.

Asintió abrazándome. Le conté todo, exceptuando los besos que me había dado y mi declaración en plena lluvia. Sé que no era justo, pero, ¿cómo iba a decirle a mi novio que quería a otro cuando había empezado a quererle a él?  Vamos, y si le decía que me había besado, no podría detener sus ganas de ir tras él.

-Jugando contigo…-dijo asimilándolo.-no lo permitiré. Cuando te moleste, Selena, tú…

-Sí, te lo diré-dije sorbiendo las lágrimas.

-Bueno, ahora vamos a limpiarte esa cara llena de churretes-dijo acariciando con cariño mi mejilla.

-Gracias, Luis-dije mirándole con ternura.

¿Cómo no iba a quererle? Él me comprendía. Besé sus labios. Me pasé varios minutos con mi boca pegada la suya. Él respondía con ardor a mi beso. Entonces me separó.

-No quiero que nos pase como la primera vez-me dijo con cariño, como si le hablara a una niña pequeña a la que se le enseña una lección.

Caminamos hasta una fuente, donde me lavé la cara. Luis estuvo vario rato burlándose de mí porque decía que me la lavaba como los gatos. Anduvimos de camino al lugar donde grabábamos de la mano.

-Quiero que me prometas una cosa.-me dijo cuando estuvimos ya allí.

-¿Qué?-pregunté.

-No te enamores de él. Por favor.

Me quedé quieta. Le miré con cariño y le besé. Noté como me apretaba contra él, y como sus manos bajaban por la cintura.

-Adiós-dije apartándole y poniéndole una mueca.-cerdo.

Él sonrió de manera pícara y me lanzó un beso. Sonreí en respuesta, pero cuando me giré mi cara reflejó mis verdaderos pensamientos. Volví al momento de hace un minuto con pesar.

-Quiero que me prometas una cosa.

-¿Qué?

-No te enamores de él. Por favor.