sábado, 8 de enero de 2011

5. Peor que nunca

No hablé ni con Abril ni con Sam en todo el camino. No habían cesado de hacerme preguntas, y yo las había sometido a un silencio sepulcral. Estaba hinchada de furia, rabia e indignación. ¿Qué se había pensado? ¿Qué yo era una chica fácil de esas que se tiran a los brazos de cualquiera? Me mordí el labio mientras cerraba los ojos irritada. Ellas me miraban con preocupación, y en el resto del camino, reinó el silencio entre las tres. Llegamos a clase, donde nos esperaban Fer e Ismael. Éste sonrió a Sam y a Abril, pero cuando me miró, su sonrisa se disipó, y miró hacia otro lado con gesto molesto. Yo también le evité. Encima se iba a enfadar conmigo, el muy caradura. Pobrecito, le había aplastado su gigantesco ego…
-Carla.-me llamó Sam.
-¿Qué?-exclamé molesta por la interrupción de mis insultos internos hacia Ismael.
-Nada, hija, sólo quería preguntarte el por qué has hecho el dibujo de la tierra de la esquina tan… cuadrado.
-No está cuadrado-dije molesta-si alguien no me hubiera molestado la tierra estaría redonda.
-¿Molestado?-exclamó Ismael irritado-si alguien no dibujara pésimamente da por seguro que sería redonda.
-¿Me estás diciendo que dibujo mal?-exclamé furiosa.
-¿Tanto miedo te da la realidad?-preguntó cortante.
En seguida capté el doble sentido de la frase. Los ojos casi se me llenaron de lágrimas, y él lo notó. Me limpié a tiempo y le miré con furia. Preví que iba a disculparse, así que me alejé de él.
-¡Carla!-me llamó, pero yo salí de la clase en dirección al baño.

*

-¿Qué le has hecho?-preguntó Abril preocupada.
-Yo… nada-dijo Ismael exhausto.
-Parecía bastante enfadada, de camino al colegio no ha abierto la boca-comentó Abril mirándole asesinamente- no le habrás hecho algo…
-Esperad ahora vuelvo.-dijo él dejando la clase.
-Uf, menos mal que hemos venido pronto-comentó Sam mirando el reloj- a menos que quieran saltarse la primera hora…
*

Entré en el baño de las chicas. No había nadie; una suerte. Abrí el grifo y comencé a limpiarme los ojos, con cuidado. No quería volver a la clase con los ojos rojos, como si hubiera llorado. O casi. Miré mi reflejo en el espejo. ¿Quién se había creído para hablarme así? Entonces oí como entraba alguien. Cerré el grifo y me sequé.
-Carla.
Me giré. ¿Qué hacía él aquí? Le miré con mirada seria. Y tirando el trozo de papel con el que me había secado a una papelera, le ignoré y caminé hacia la puerta para irme.
-Carla, espera-dije deteniéndome.
Levanté la mirada desafiante hacia él. Retrocedí un paso y esperé para escucharle.
-Perdona, no era mi intención que…
-¿Qué? ¿Burlarte de mí? ¿Humillarme?-pregunté con un hilo de voz.
-No ha sido para tanto-dijo él.
-Olvídate de mí-dije girando los ojos.-y vete, este es el baño de las chicas.
Pasé a su lado, y esta vez no me detuvo. Iba a salir, pero me paré al lado de la puerta, con un sentimiento de culpabilidad. Mi furia se había disipado al cruzar, y ver como bajaba la cabeza rendido.
-Yo… también lo siento-musité-pero busca a otra persona. Yo no soy a quién quieres.
Diciendo esto, dejé el baño de las chicas. Corriendo, logré salir del instituto. No me apetecía estar en él, me saltaría la  primera hora y llegaría a la segunda para la hora de Geología. No podía volver a casa. Mi madre no era la típica madre que echaba broncas, pero no quería arriesgarme por si le daba por cambiar de parecer. De repente me acordé de que me había dejado la mochila en el instituto. Estuve dando un paseo hasta la segunda hora. En ese aburrido y martirizante tiempo, estuve pensando con dolor en mi padre.

-¿Has dejado de querer a mamá?-pregunté mientras seguía llorando.
Mi padre no me respondió. Seguía mirando por la ventana, sin dignarse si quiera a mirar a su hija. Empecé a odiarme a mí misma. En todas las peleas era yo la causa. Yo era el regalo de los dos, pero empecé a sentirme como los restos de una comida. Inútil. Estúpida. Un estorbo. Miré hacia el suelo, mis pies pequeños, mi osito de peluche, algo viejo y con su precioso lazo rojo; junto a mí.
-¿Cuándo te vas, papá?-le pregunté abrazándome a él y entre lágrimas, deseando oír un “nunca”.
Seguía reinando el silencio, y yo ya creía que me volvería loca. Quizá me había quedado sorda. Más inútil aún. Una niña pequeña… sorda.
-Hija, las cosas han cambiado-respondió al fin, con firmeza- he empezado algo nuevo. Una vida nueva.
-En esa vida ya no estoy yo, ¿verdad?-musité tragándome los sollozos.
-Lo siento cariño-me respondió.-quédate con mamá. Ella te quiere y te necesita.
Giré la cabeza. Mi madre estaba sentada en el sillón, con la cabeza escondida en su regazo, sin emitir ningún sonido. Sufriendo. También vi a mi hermano. Él estaba escuchando música. Tenía la cara roja de llorar, y mirada hacia el techo sin decir nada. Ya había dicho bastante. Ya había gritado, chillado y discutido. Ya había dicho que le odiaba, que le detestaba y que le quería lejos. Ya le había dicho que él había dejado de ser su padre.
-Papá…-musité yo agarrando con fuerza la tela de sus pantalones.
Pero él me empujó levemente, abrió la puerta, y cargando con la maleta, lo vi caminar a través del jardín. Observé como un coche blanco, que parecía bastante lujoso, se paraba en la puerta. Vi como salía de él, una niña muy bonita, más pequeña que yo, con dos coletas rubias con tirabuzones. Ja. Su otra hija. Más bonita. Más útil. Más. A ella la quería. Ella era su nueva vida, junto con aquella espantosa mujer de la que se había enamorado. Y fuera, odiándole con toda mi alma, estaba yo. Sola e inútil.

De nada sirvió que volviera a lavarme la cara en el baño. Cuando llegué a clase, me dolían los ojos de llorar y estaba muy cansada. En cuanto me senté en mi silla, junto al pupitre, Abril y Sam se me acercaron preocupadas.
-¿Estás bien, Carla? ¿Qué te ha pasado?-me preguntó Abril.
-Nada-dije sonriendo y limpiándome un poco los ojos con disimulo-un mal día.
Las dos me miraron con cara de póker, pero yo cerré la boca, y me limité a sacar los libros.
-Perdonad chicas, lo de la tierra cuadrada fue culpa mía.-dije para distraerlas un poco.
Fernando se me acercó a preguntarme, pero mi respuesta fue la misma. Le sonreí y le pedí que no se preocupara. En realidad… no era nada. Solo los fantasmas del pasado, que de vez en cuando, regresan y me hacen recordar. Ismael también se acercó, pero no me dijo nada. En el fondo él no tenía la culpa. Había tenido la mala suerte de que alguien como yo la atrajese. Sólo eso.


Seguía cansada. Había llevado la cara de muerto todo el día. Entonces le vi. Estaba cruzando el paso de peatones. Pensé en tirar por otro camino, pero no había otro. Con resignación lo saludé con un apagado “hola”. Él movió la mano un poco, como si diera a entender que me había escuchado y me respondía al saludo.
Me cambié de hombro la raqueta. A penas hablamos en todo el camino. Cuando llegamos, nos pusieron en distintos partidos, con distintas personas y en distintos campos. No volvimos a cruzar miradas. Ni palabras ni nada. Yo sabía que era lo mejor. El amor… que sentimiento más inútil y estúpido. El amor no existe. Solo existe la atracción y… eso. Y después… nada. Después, o tienes suerte, o sino acabas en un hospital con una barriga gigante. Suspiré y boté tres veces la pelota, antes de sacar en dirección al cuadro interior de Abril. Todo estaba mal. Había empezado a sentirme como antes. Aunque yo ya sabía que estoy sucedería algún día… las cosas volvían a ser como antes. Peor que nunca.



7 comentarios:

  1. Pobre Caarla... no me extraña qe no crea en el amor. Y encima el Ismael que si la tierra cuadrada o redonda! :@ más le vale qaue lo solcione... Poobreciita mi Carlaa!! xD

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  2. me encanto el capitulo
    que rapido subiste :)
    espero que algun dia pueda creer
    en el amor !!

    besos y publica pronto!!

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  3. Pff ahora entiendo por que no cree en el amor :(
    ¡Su padre! Anda que...Qué tonto,por no decir otra cosa ¬¬"
    ¡Está super bien escrito! Feliciades y sube pronto,por favor:)

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  4. pobrecita... q asqueroso su padre, ya le vale!!!
    me encanta como escribes =D
    estoy deseando leer el siguiente
    1Bso!!(L)

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  5. Sabes? Esta historia me enamora :)

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  6. Oh! pobre Carla! me da mucha penita :( mas ensima no cree en el amor por su ... estupido padre! ¬¬
    Ojalá que se solucione con Ismael!
    Sigue escribiendo amé el capitulo!
    Girl

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  7. Uff.. a mi no me gustaria tener ese padree ni en broma!
    Escribe mas, es que me he enganchado!
    Besos.

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