sábado, 8 de enero de 2011

4. Ni en broma

Me dolía la cabeza. Estábamos en Matemáticas,  y era incapaz de atender al profesor. La noche anterior me había ido a duchar después de aquella paliza de tenis. Observé a Ismael, sentando a tres metros de mí, mirando al profesor con cara de aburrimiento. Me recordaba a mi hermano. Yo, patinando por el parqué, persiguiendo con un cojín al idiota de mi hermano, que después de estudiar, empezaba a meterse conmigo, como para relajarse del estrés que empollar le suponía. En ese entonces yo era muy pequeña… cuando se fue a un piso como estudiante de universidad sentí que lo iba a echar mucho de menos. Nuestras peleas, insultos amistosos… me di un pequeño masaje en las sienes. “Carla atiende”, me dije a mí misma. No era el momento para pensar estupideces, ni mucho menos. El timbre sonó, como un canto de ángeles, y no tardé nada, en ver a Abril sentada sobre mi pupitre con mirada interrogante.
-Ayer te fuiste muy tarde, y esta mañana ni me has esperado. Ya me vas contando que te pasó como Isma…
-No digas tonterías-espeté enfadada-sabes de sobra que no soy de ésas que se tiran al primer tío que ven o que se enamoran a primera vista…
-Pero volvisteis juntos-exclamó ella con los ojos brillantes.
-¿Es que acaso vas a negar la noche de pasión que compartimos?-gimió la voz de Ismael, que se había acercado a mi mesa con una sonrisa burlona.
A Abril se le encendieron los ojos y enrojeció levemente. La muy idiota ya estaría imaginando una secuencia completa de nuestra “supuesta noche de pasión”
-No digas idioteces-dije molesta.
-Te repites…
-Si lo vuelves a decir te ahogo-le amenacé.
-Sentaos todos, venga, ya-exclamó el profesor de Geología entrando en el aula con gesto cansado.
Ismael me guiñó ridículamente un ojo y se apresuró a sentarse en su pupitre. Me mordí el labio. Menudas confianzas.
-Bueno chicos-se quejó el profesor sentándose en la silla,  todo desparramado, como si llevara días caminando sin descanso por el desierto.
Se hizo al final, el silencio en la clase. Apenas se oían los cuchicheos de mis compañeros y el jaleo del tráfico en el exterior. Jugué sin pensar con el tapón del boli mientras atendía al profesor.
-Hoy quiero que hagáis un trabajo por grupos, si son de cinco mejor.
Empezó a armarse un gran alboroto, como cuando suena el timbre. Siempre pasaba cuando el profesor decía la palabra “grupo” y “trabajo” a la vez. La gente comenzó a levantarse para no quedarse fuera.
Capturé la mirada de Abril y ambas sonreímos. Buscamos con los ojos a Sam, que sonrió a la vez. La sentíamos ya parte del grupo. Pero sólo éramos tres. Paseé mi mirada por la clase, y observé como un grupo de chicos discutía algo. Dos se habían quedado fuera de un grupo. Ismael y Fernando. Vi con terror como se acercaban.
-¿Hay hueco aquí para nosotros?-preguntó Fernando  poniendo la mano en la mesa de Abril.
-Claro-exclamó ella.
-Entonces ya somos cinco-resumí acercándome a ellos y cruzándome de brazos.
-Podemos quedar esta tarde.-exclamó Sam sentándose en el pupitre con entusiasmo.
-Quedemos en mi casa-propuso Ismael sonriendo.
-Espera a que nos digan el tema del trabajo-le dije cortante.
Éste me miró inexpresivo y luego sonrió. Evité su mirada y no pude evitar sonrojarme. Oh, no. Mala señal. Respiré con tranquilidad, y con una mueca de fastidio, volví a mi sitio. El trabajo iba sobre el calentamiento global… prometía ser un coñazo de los grandes, pero aún así, me tragué mi mal humor y continué aguantando el resto de la mañana. A la salida me reuní con Abril y Sam, que me esperaban sonrientes.
-Que guay…-comentó Sam mientras caminábamos-vamos a hacer un trabajo con Ismael y Fer… son súper monos.
-Bueno, como yo sólo tengo ojos para mi Alberto-alardeó Abril.
-Esperemos que te dure-dije con un suspiro- no tengo ganas de consolarte una noche entera, lágrimas de cocodrilo.
Sam soltó una risotada. Hoy llevaba una bonita trenza a la derecha de la cabeza y un vestido azul claro con un cinturón marrón y unas botas al estilo cowboy. Tenía un bonito sentido del gusto. En cambio yo, seguía en mi faceta, con pitillos y una vulgar básica con una chaqueta. Abril vestía tan libre como siempre, como un arcoíris. Suspiré. Esta tarde se me avecinaba algo movida, seguro que ese idiota de Ismael, que conocía de apenas dos días, se iba a dedicar a chincharme toda la tarde. Sonreí al acordarme de nuevo de mi hermano. Seguramente estaría enfrascado en uno de sus exámenes de carrera. Había acabado hace nada el instituto y ya era un universitario en toda regla.
-¿En qué piensas, Carla?-me preguntó Abril-no será en Isma, ¿verdad?
-No digas idioteces-exclamé reaccionando- ya te he dicho que yo…
-Que no crees en el amor, lo sé-me cortó Abril con gesto cansino- pero sí en los rollos, ¿no?
-Es por eso precisamente por lo que no creo-dije aburrida.
-Estoy contigo, Carla-me animó Sam- los chicos son todos unos idiotas que solo miran lo que quieren mirar.
Sonreí. Esa chica cada día me caía mejor.
-Sí-asentí-unos completos idiotas… con ésos vamos a quedar esta tarde.
Hicimos un suspiro triple, y luego nos reímos. Desde que estaba en el instituto… las cosas eran muy distintas, y también más divertidas. Me despedí de las dos en un cruce, y seguí el resto del camino, sola. Entonces me acordé de que Ismael vivía en frente de mi casa. Lo más probable era, que nos encontráramos a menudo de camino a casa. Tenía suerte de no habérmele encontrado hoy. Entré en casa, cruzando como siempre, el enorme y florido jardín. Mi madre estaba sentada en la butaca, observando las nubes en el cielo.
-Mamá, no se te habrá olvidado hacer la comida de nuevo, ¿no?-pregunté cruzando los dedos detrás de la espalda.
-¡Ay, cariño!-exclamó sobresaltada-¡lo siento, ahora voy!
Se levantó atropelladamente y salió disparada hacia la cocina. Suspiré. Mi mirada se posó en la portada del libro que mi madre tenía encima.  “Como decirte que no”. El título contradictorio, me dio curiosidad, y abrí las tapas del libro. A mi madre le gustaba mucho releer sus libros. Éste lo había sacado hace poco, y había conseguido ser, éxito de ventas. Siempre lo veía, expuesto en los escaparates de las librerías. Empecé a leer una parte del libro, una página a ciegas.
-Como tengo que decirte, que no puede ser, que yo no creo en esta estupidez.
-Intentémoslo. No tienes nada que perder.-me susurró él.
-Suéltame-le exigí rompiendo el círculo de sus brazos a mi alrededor.
-¿Vas a negar que me quieres?-preguntó dolido.
Observé sus ojos brillantes y su gesto despechado. Sus brazos cayeron a ambos lados de sus costados y me liberé de él. En seguida noté como mis ojos se llenaban de lágrimas, pero no de debilidad, sino de resignación.
-Como decirte que no...
Dejé de leer. A mi madre le encantaba escribir novelas románticas, cosa que aborrecía. No sé cómo podía seguir creyendo en el amor después que mi padre la dejara por otra mujer. Esbocé una sonrisa, comprimiendo en ella toda la furia y la rabia que sentía por mi padre. No, el amor no existe.

*

-¿Lo tienes todo?-me preguntó Sam sonriente.
La casa de Ismael era grande, pero no como la mía. Era espaciosa y acogedora. La luz entraba por las ventanas y se filtraba por las cortinas amarillas, dando una tonalidad hermosa al salón. Sus padres habían ido a visitar a una señora, y estábamos solos en casa. Abril no había dejado de darme codazos, incluso después de la aclaración de esta mañana. Además, hoy estaba de mal humor. Pensar en mi padre siempre me ponía así.
-Tengo la impresora lista-anunció Ismael- has traído información, ¿no, Carla?
-Sí, aquí está-le dije sacando de mi mochila una carpeta de color lila.
-Vámonos a mi cuarto, allí estaremos mejor.-propuso Ismael cogiendo las cosas.
Los cuatro asentimos a la vez. Su habitación era como la mitad de su salón, amplia y ordenada. No tenía ningún poster colgado en la pared, sino calendarios y un tablón de corcho con cosas apuntadas, número de móviles, direcciones… Fijé mi mirada en unos ganchos al lado de la ventana. Medallas. Medallas de campeonatos de tenis. No fijé la vista en una vitrina que tenía al lado del armario. No quería ver los flamantes y brillantes trofeos que tenía allí expuestos.
-Guau, tío, ¿juegas al tenis?-preguntó Fernando observando con admiración sus trofeos y medallas- debes ser un hacha.
-El mejor-dijo riéndose y mirándome de reojo.
-Eso está por ver-susurré muy bajo.
Tosí un poco para disimular, cuando Abril me miró divertida, y empecé a observar los libros que tenía en una estantería, encima de la mesa de estudio. Ismael encendió el ordenador y nos ofreció asiento. Sam y Fernando se sentaron en dos sillas, pero Abril y yo nos sentamos en la cama, el único sitio que teníamos. Estuvimos largo rato preparando el trabajo. A Fer se le daba genial pintar, así que él hizo las letras de la portada, y algunos dibujos de la tierra.  El tiempo se nos pasó rapidísimo. Sin darnos cuenta, ya eran las ocho. Fernando tenía que irse, así que dejamos a medias, el tema de los dibujos. Más tarde se fue Samanta. Sólo quedábamos Abril, Ismael y yo.
-Creo que mañana en clase, podremos terminarlo-dijo Ismael sin quitar la vista del folio de la información.
-Sí-dije distraída, mirando los colores y las formas de las letras.
-Vaya, qué tarde es-dijo de repente Abril mirándome con otra de “sus caras divertidas”-creo que debería irme ya, he quedado con ir a recoger a mi hermana pequeña a un cumpleaños.
Abrí la boca de par en par. No podía creer que me estuviera haciendo esto. A mí. A su amiga. Observé con indignación y ojos amenazantes, como torpemente, recogía sus cosas. Con un saludo de despedida efusivo, cerró la puerta tras sí y me dejó sola. Esto era un asesinato a sangre fría. Me sentía como si estuviera encerrada en un cuarto con un león dormido dentro. Bueno, no tenía por qué preocuparme. Ismael solo era un estúpido idiota.
-Vaya, nos hemos quedado solos-comentó con una de sus sonrisas.
-Ya ves-dije intentando ocultar mis nervios y sentándome en una silla.- creo que debería intentar terminar el trabajo de Fer…
-¿Pintas bien?-me preguntó pasándome un lápiz.
-Cabe la posibilidad de que el trabajo quede aceptable-dije con resignación.
Él se rió. Pero a mí no me hacía ninguna gracia. No sé que era peor; yo con un lápiz en la mano, o Ismael y yo encerrados en su habitación.
-Sí, pintas la tierra girando, que por lo menos parezca redonda-dijo poniendo su mano encima de la mía y redondeándola con el lápiz.
Respiré y aparté su mano con sequedad.
-Así está bien.-murmuré.
Se hizo el silencio entre los dos, y apenas tuve la valentía de mirarle.
-¿Por qué te caigo mal?-me preguntó de repente-no te he hecho nada.
-No me caes mal.-dije contradictoria.
-Entonces no sé porqué me tratas así.
-Eres mi rival. Cuando te venza, quizá te trate mejor.
-¿Competitividad?
-Algo así.
-Estás haciendo la tierra cuadrada…-me dijo perdiendo los nervios y saliendo de la discusión en la que estábamos.
Remarcó con el lápiz la línea redonda de la tierra. Le observé de cerca. Se había inclinado sobre mí, y parecía no darse cuenta de cómo su pecho oprimía mi hombro. Sin poder evitarlo me puse las manos delante de la boca y tosí. Él me miró y sonrió con dulzura. Esto no es lo que yo quería. Me mordí el labio y observé cómo se acercaba, poco a poco a mí.
-Ismael, yo…
-Tú no me caes mal. Me atraes.-susurró.
No reaccioné. Estaba como en estado de trance. ¿Qué quería decir con eso? Reaccioné cuando sus labios rozaron los míos. Giré la cara y le empujé levemente, sin mucha fuerza.
-Ni en broma-dije con la voz quebrada y levantándome de la silla.
Recogí mis cosas y salí rápidamente de su casa, sin ni si quiera mirarle. Ya en la calle, no pude evitar derramar unas cuantas  lágrimas ¿Qué diablos estaba haciendo? Crucé hacia mi portal, y entrando la llave en la cerradura desaparecí entre las apagadas rosas.

11 comentarios:

  1. *o* aayyyyy!!!! pero no me dejes asi!! eres mala xD puffffff estoy deseando leer el siguiente.
    me a encantado de verdad!!!!!!
    1Bsooo(L)

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  2. kuando publicaras el siguiente¿¿ hoy? porfi porfi porfi porfii!! jolin! le tendria ke aber besado!!! :@ eres mala...ajjaja bueno te esta saliendo genial! ya te veo yo en un futuro de escritoraa! jaajaj bss!!

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  3. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

    QUIERO ESE BEESO!!

    (L)

    Carla, estúpida! LE TENÍAS QUE HABER BESADO!!

    Porfa, que se besen n el proximo capítulo!!

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  4. Jaj. Creo que si el amor hubiera surgido tan pronto la historia no sería interesante, no creéis?

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  5. te digo lo miismito que maar!!! porfiiis puublicalo hoy!! Oye, x k no cuando lo termines, lo mandas a una editorial, si les gusta, lo publicaran, y me apuesto que será nº 1 en ventaas!!

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  6. Joder con la Carla! ¿No me escuchaste,que te dije en el anterior capítulo que yo sufro hasta que los protagonistas se enamoran? ¬¬"
    Me encanta(L) xD

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  7. Carla, tú o eres boba o qué te pasa:| Le dice el chico que le atrae y se va :| ESUQE VAMOS! Baby, tú si que eres mala (jum)

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  8. ¡Carlaaaaaaaaaaaaaaaa! No jorobes!! Si Ismael es un pedazo de pan *__*

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  9. awww me encanto el capitulo
    pero le tuvo que haber besado!!!
    publica pronto por fis!!!
    besos!!!

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  10. OMG!
    Amé el capítulo!!!
    Sigue, sigue! quiero más capitulos!!!
    Girl

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  11. baby!!! aiiissshhhh!!! me encantaa!! me esta gustando incluso mas que petalos de luz!! adoro esta historia

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