martes, 4 de enero de 2011

14. La gran decisión

Desperté. Estaba en una especia de celda, con rejas de hierro y aspecto hostil. Observé entre ellas. Había más celdas. Se oían gritos, gemidos y chillidos. Lentamente fui observando cómo ángeles de aspecto desaliñado sacaban sus brazos y sus manos hacia afuera y gritaban ayuda. Miré hacia los lados. Un ángel de pequeña estatura custodiaba mi celda.
-¿Dónde estoy?-le pregunté.
Éste se giró y me miró sorprendido.
-En la cárcel del Reino Celestial.-me dijo con desconfianza.
-Vaya…-susurré con tristeza-supongo que me lo merezco.
-Sí-asintió el pequeño vigilante.
-¿Cuándo saldré de aquí?-le pregunté sin demasiada esperanza.
-Aún no estás aquí con una sentencia. Esto es más bien provisional. El señor ha solicitado una audiencia contigo. Me pregunto cuán de grave fue tu pecado para someterte a algo así.
-¿Una audiencia?-pregunté.
-Sí, el señor nos lo pidió.
Resbalé mis manos por los barrotes y me senté en el suelo abrazándome las rodillas. Miré de reojo el resto de los encarcelados. Con dolor posé la mirada en una chica rubia, que sentada y apoyada en la pared, escondía su cara en sus piernas. Conocía a esa chica. Entonces un muchacho me llamó la atención. Caminaba cabizbajo, detrás de un ángel, que lo escoltaba con seriedad.  Le encerró en la misma celda que yo. Las lágrimas se me saltaron de los ojos cuando vi a Gabriel derrumbarse de tristeza. Empecé a llorar en silencio, mientras abrazaba y oprimía en mi regazo a mi amigo, que ni si quiera había pronunciado palabra.
-¿Por qué lo hiciste?-le pregunté con rabia.
Él se incorporó, y me abrazó por los hombros.
-Porque… te quiero.
Le abracé muy fuerte y no dejé que siguiera hablando. Empezamos a llorar, como si fuéramos a morir ahora mismo. Gabriel me sujetó con fuerza, y al separarnos, dejó en mis labios un breve beso. Había desconocido siempre de sus sentimientos. Lo volví a abrazar.
-Arya… tú debes estar con Jack. Vuestro futuro es estar juntos.-musitó él- es por eso que nunca te dije lo que sentía.
-También te quiero a ti… pero a él le amo-dije con dolor.
-Entonces, creo que ya sabes que hacer-me dijo él.
-Arya-dijo la voz profunda del otro ángel.
Asentí, y dejando la marca de un beso en su mejilla, me levanté y salí de la celda.  El ángel me condujo por pasillos oscuros hasta que salimos de aquél lugar.
-¿Era eso el infierno?-le pregunté al ángel.
-Una simulación-dijo con despecho- es como un perdón del señor para los ángeles que se vuelven demonios.
-Yo no soy un demonio.-espeté.
-Cuando un ángel comete un pecado se convierte en un demonio.-me respondió tajante.
Hipé con horror. ¿Yo? ¿Un demonio? Derramé unas cuantas lágrimas a espaldas de mi escolta, sí se le podía llamar así.
-Hemos llegado.
Levanté la vista hacia una puerta dorada muy grande. Ahí se acababa todo. Con los ojos cerrados,  la crucé. De nuevo estaba en presencia de Dios. También estaba allí la Diosa Adiana, y su Aritmi. Y Jack… ¿Jack? Quería correr y abrazarle, pero algo me dijo que no lo hiciera. Sin embargo él me dedicó una mirada de cariño, y me hizo sentir bien, entre tanto malestar.
-Arya, desobedeciste las reglas impuestas.-el señor realizó una larga pausa- Pero hemos llegado a un acuerdo.
-¿Qué acuerdo?-pregunté.
Entonces entró en la sala, mi hermana, con la cabeza cabizbaja y las lágrimas en los ojos. En cuanto la vi, me olvidé de mi pregunta, y dejando de lado todo lo que había pasado, la abracé. Ella empezó a llorar, y pasó los brazos por mi cintura con fuerza.
-Hemos decidido que Adiana será el nuevo Dios, quien me sustituirá. Y Jack y tú, seréis humanos.
Abrí los ojos de par en par y le miré soltando a mi hermana. ¿Dejar de lado mi vida en el cielo? Dejar de tener alas, no ser más… ¿un ángel? Jack me sonrió. Era la única manera de estar juntos.
-¿Aceptas la decisión, Arya?-me preguntó Dios.
Yo miré a Adiana. Ella no quería asumir el puesto de Jack. Lo estaba haciendo por su hermano. Por su felicidad. Sería completamente incapaz de rechazar la decisión. Empecé a llorar de nuevo y me lancé a los brazos de Jack.
-Claro, claro que sí…-musité entre lágrimas.
Jack sonrió y me abrazó.
-Puesto que Satya, tú, te has arrepentido de tus actos, no serás enviada al infierno, pero vivirás en la Tierra, como una humana.
Ella asintió y me miró con una media sonrisa triste.
-Satya, te quiero-le dije-nos volveremos a ver.
-Yo también te quiero-me respondió ella-y lo siento… siempre fui una egoísta. Te envidiaba.
-En el fondo siempre lo supe-dije sonriendo-pero nunca quise admitirlo.
Puse mi mano en el corazón, y entre mis dedos apareció un colgante con forma de luna y de estrella.
-En el momento que lo descubrí, guardé mi colgante dentro de mí, para que el día en el que nuestras diferencias  desaparecieran, volviéramos a estar juntas.
Satya apretó su colgante entre sus manos y asintió.
-Bueno, tú serás la primera en irte.-anunció el señor.
Con el corazón encogido, observé cómo Satya desaparecía en una brillante columna de luz, que desapareció tras las nubes blancas del suelo.
-Espero que en la tierra, podamos ser felices-le dije a Jack.
-Yo también lo espero-dije acariciándome la barbilla y besándome.
-Señor,-dije de repente- me gustaría saber… que va a pasar con Gabriel.
-¿Gabriel? También estará en la Tierra. Podréis reconoceros mediante un tatuaje que tendréis en vuestras manos. Seréis humanos, pero siempre quedará en vosotros, la huella de vuestra procedencia.
Sonreí feliz. Una columna de luz empezó a rodearnos, y yo agarré fuerte, la mano de Jack.
-Padre, ¿planeaste esto?-preguntó él de repente.
Como respuesta, solo pudimos obtener una risa divertida y angelical, como la de un niño de cinco años. Empecé a sentir algo de sueño, pero logré mantenerme firme. Entonces dejé de sentir mis alas, y lentamente, la mano de Jack sobre la mía.
-Espero que seáis felices-dijo una voz femenina.
Sonreí. ¿De quién era esa voz? Empecé a olvidarlo todo, poco a poco… y así, dejé de sentir su presencia a mi lado, y sola, dejé el cielo; lugar que no volvería a ver en mucho tiempo.

3 comentarios:

  1. EH!!!!
    Van a ser felices :D me alegro tanto!
    Me encantó la descición que tomaron!
    Girl

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  2. ¡Wow!
    Me ha encantado... ¡podrán ser felices! :D
    No me lo puedo creer.. ¡qué guay!

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  3. :O bien! menos mal k todo se arregla, aun asi m da algo de penita XD

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