lunes, 8 de noviembre de 2010

4. Amistad


-¿Qué tal te ha ido?-le pregunté cuando entró.
-Fatal. Las humanas no dejaban de mirarme y me han perseguido todo el tiempo. Encima ya me han puesto exámenes, y cuando le he preguntado que qué eran, la profesora se ha reído en mi cara.
-Se supone que eso deberías haberlo aprendido en el cielo-le regañé.
-Mira que eres mandona, te pareces al Superior Rafael.
-Bueno, venga, que ya he hecho la comida…
Vivíamos en un piso, en la calle Amatista, portal 3, piso… sin número. ¿Qué por qué un piso así? Porque no existe. Lo creó el superior para que viviéramos en él. Es el piso entre el 7 y el 8. Está en un intervalo espacio temporal. Algo complicado de entender. Cuando salíamos del piso acabábamos directamente en el portal. Para entrar metíamos nuestra llave especial, y aparecíamos en el piso. Guay, ¿eh? Por la mañana, mientras Jack estaba en el colegio, me dediqué a observar la ciudad y los comportamientos de los humanos. Eran gente extraña, pero tal como la describían esos viejos libros de la academia. Me compré un libro de cocina con algo de dinero que me dejó Gabriel para mantenernos los dos, y por la mañana empecé a cocinar. Yo nunca había comido; pues como ángel, no necesitaba comer, prescindía de esa necesidad humana. Gabriel también estaba incómodo por ello. Y también molesto por tener que comer migas, que no le llenaban lo suficiente y tenía que tener mucha paciencia.
-¿La comida? ¿Esa es la solución a este dolor que siento en el estómago?
-Creo que sí-le respondí con una sonrisa.
-Hoy estás más dulce y cariñosa que ayer-observó mientras se sentaba en la mesa.
-Será que estoy de mejor humor-dije con un suspiro.
“Umm, no sé si esto será comestible, pero huele bien”, pensé.
-Sí, pero tienen un color… y están muy delgaditos…-dijo Jack dándole vueltas a los fideos en el plato.
-Tengo que encontrar una manera de poner una barrera en mi mente.-me quejé mientras bebía algo de agua.
-Y yo en la mía-dijo él burlón.
-Sí, pero yo soy educada y no escucho nada de lo que piensas al contrario que tú.
Cuando terminé recogí los platos y me dispuse a lavarlos. Esto era una tarea humana bastante  desagradable. Además de que eran algo más frágiles de lo que pensaba, y se rompió uno. Estiré el dedo, y dándole un giro los trozos rotos se juntaron.
-Bien, parece que aún puedo usar mi poder.-dije sonriendo.
-Yo puedo hacer milagros-presumió Jack.- ¿Qué puedes hacer tú contra eso?
-Olvidas que soy tu ángel protector y tu “profesora”. Puedo mandarte muchos deberes si quiero.
-Hoy he aprendido que las palabras deberes y estudiar, están malditas.
Solté una carcajada y me apresuré a abrir el libro de cómo convertirse en Dios.  Pasé las hojas con interés, y de repente me di cuenta de que el resto del libro estaba en blanco. Lo agité con impaciencia, como si esperara que las letras cayeran de las páginas.
-No te esfuerces-comentó Gabriel volando hacia mi hombro-hasta que Jack no aprenda la primera lección, no aparecerá la segunda lección.
Suspiré. Era un libro curioso.
-Vamos a estudiar pues-dije con cansancio.
Jack se sentó en frente de mí en la cama y empecé a leer el título de la lección.
-Amistad: vínculo de afecto y cariño entre dos personas-leí.
-¿Cómo nosotros?-preguntó interrumpiéndome Jack.
-Supongo…-dije dudosa. -Ejercicio; encuentra a una persona y haz muestra de este sentimiento.
Jack se me quedó mirando pensativo.
-¿Quieres que salga a la calle a buscar a alguien? ¿No vales tú?
-Yo misma, no tenemos por qué salir.
De repente me encontré con otro dilema. ¿Cómo podíamos expresar ese sentimiento? Empecé a enfadarme. ¿Era su profesora y no era capaz de resolver ni los ejercicios del libro?
-Bueno, supongo que la amistad… es un sentimiento en el que dos o más personas se aceptan y colaboran juntos para alargar esa relación.-dijo Jack algo inseguro.
-Sí-dije consiguiendo hacerme sacar una sonrisa.
Entonces la frase del ejercicio de iluminó, como si de alguna manera, se hubiera completado.
-Desde el principio pensé que serías un alumno difícil, pero puede que las apariencias engañen…-dije sonriendo con felicidad.
Él me respondió con una bella sonrisa. Entonces sentí un cosquilleo en el estómago que no supe interpretar, pero que me hizo sentir desdichada y triste, y a la vez enérgica y alegre. Borré mi sonrisa y fijé la vista en la colcha.
-Pasemos a la siguiente página…-dije.
Leí un texto sobre el compañerismo y contestó oralmente los ejercicios. Cuando llegamos a la última hoja, en el último ejercicio, había una estrella de ocho puntas dibujada, y ponía:
41) Conoce a alguien y establece una relación de principios de amistad con esa persona.
Nos quedamos parados, releyendo la frase.
-Tienes que conocer a alguien.-dije absorta.
-¿Tengo que salir?
-Iré contigo, pero lejos de ti. Tienes  que hacer esto solo. Ve. Sabes que te protegeré y no dejaré que te pase nada-le prometí.
Jack se levantó y salí con él. En la calle ya había empezado a refrescar, y podía ver a la gente pasar, sumergida en sus gruesos abrigos y bufandas. Cogí la mano de Jack, y fuimos agarrados, mientras caminábamos. Su mano estaba cálida. En el fondo me sentí bien y afortunada. De repente me acordé de que podía leer mis pensamientos.
“Tu mano también es cálida, y tus ojos, acogedores”, pensó él.
El mismo cosquilleo me recorrió desde la punta de los pies hasta el corazón. Se la apreté fuerte.
“Mi señor”, pensé con respeto.
“Arya”, pensó él.
De repente pensé que él no me llamaba como llamaría a su profesora, sino como a su compañera, como su ángel. En vez de ser una Aritmi por elección, era simplemente su ángel. Sonreí con calidez.
Llegamos hasta una especie de parque solitario. Entonces vi a una chica columpiarse sola. Parecía que lloraba. Un sentimiento de dolor y de tristeza deambulaba en el aire. Nunca lo había sentido, y por ello me sorprendí. Le sonreí a Jack y le animé con la mirada. Él me soltó forzosamente la mano.
-Estas criaturas me dan miedo. Unas diez mil chicas como ésa me han perseguido esta mañana…-se quejó en susurros.
-Vamos-dije ignorándole.-tú puedes, mi señor.
Me puse la mano tras las orejas, y de repente empecé a oír más alto de lo normal. Sonreí. Mi aura de ángel estaba traspasando los límites, y ahora estaba alrededor de Jack. Me sentía como a su lado. Aún cerrando los ojos era capaz de ver a Jack y a aquella chica. Ella era muy bonita. Su pelo era envidiablemente rubio, como una vez había sido el mío. Sus ojos eran verdes, y no dejaban de derramar números y cristalinas lágrimas; que caían por sus mejillas en un enrevesado recorrido.
-¿Qué te pasa?- le preguntó Jack.
Ella alzó la cabeza y le miró confundida.
-¿Quién eres tú?
-Me llamo Jack,  y dentro de nada seré Dios.-dijo tan tranquilo.
Maldecí. ¿Qué narices estaba diciendo? Me iban a quitar el puesto si seguía abriendo la boca. “¡Idiota, no lo digas!”, pensé. El miró hacia atrás mordiéndose el labio. Me había escuchado; bien.
-Ja, ja, eso es una tontería, no puedes convertirte en Dios.-dijo riéndose y secándose las lágrimas ella.
Suspiré. Había sido un milagro que se lo hubiera tomado a broma.
-Es que quería hacerte reír-se excusó él.-pero lo de que me llamo Jack es verdad.-bueno, ¿te pasa algo?
-Pues…-musitó ella dudosa-es una cosa familiar.
Jack observó la barrera intensa que se había formado en su corazón y se mordió el labio. Iba a ser difícil. Se sentó en el columpio de al lado.
-¿Sabes? Yo ahora estoy viviendo con mi prima. Mi padre me echó de casa porque no estudiaba.-empezó a decir.
“Ten cuidado, no sea que te vaya a caer un rayo del cielo”, le avisé riéndome.
-¿Estás enfadado con él?
-No-dijo Jack columpiándose en el columpio de al lado.-sé que tiene razón, y por eso intento esforzarme cuando estudio con mi prima.
-Yo… me acabo de enfadar con mi padre. No le agrada que salga con un chico pero a mí sí.-dijo ella mirando hacia el suelo-a mí me gusta él, pero voy a tener que dejarlo.
-Yo creo que si tu padre te prohíbe estar con él, será para que estés bien, ¿no?
Ella se quedó callada y se levantó la manga. Tenía un moratón en el brazo, del tamaño de una goma de borrar. Jack se quedó helado.
-Puede ser…-dijo ella triste.
-¿Ese chico te pega?-preguntó él escandalizado.
-Alguna que otra vez.-comentó ella-pero es que le quiero…
Empezó a llorar. Jack no sabía que hacer. Entonces se puso de rodillas encima de la arena y se puso a hacer un castillo. La chica dejó de llorar y miró sorprendida, como en unos minutos, Jack hacía aparecer un castillo de arena entre sus manos.
-Vaya que bien te ha salido-dijo ella.
-Me saldría mejor si me ayudaras a hacerlo.-dijo Jack sonriendo.
Ella se agachó y empezó a formar una torre de arena a su lado. La torre se veía débil, como si el mínimo soplo de aire la pudiera hacer caer.
-Tú eres esa torre-dijo Jack haciendo una segunda torre-esta es tu padre. El castillo es él.
-No entiendo qué quieres decir-dijo ella.
-Mira-susurró él.
Con un dedo atravesó el castillo, el cual se cayó débilmente. Luego atravesó las torres, pero ninguna de ellas se cayó. Jack las juntó, he hizo una gran torre, que llegaba a pasar la altura del castillo. Ella miró el panorama un instante y luego sonrió.
-Gracias…Jack-dijo ella-sé que en fondo no es bueno para mí.
Jack sonrió y ella le abrazó.
-¿Cómo te llamas?
-Eva.
Eva se separó de él y sonrió feliz.
-Creo que iré a disculparme con mi padre, y mañana dejaré a mi novio-le anunció decidida.
-Yo te acompañaré con el corazón.
Ella sonrió y juntos convirtieron la torre en un gran castillo. Yo estuve observando, y me entraron ganas de llorar. Pero a la vez, seguía sintiendo ese cosquilleo que me dolía y satisfacía al mismo tiempo, y no podía evitar mirar de mala manera a la tal Eva. Cuando Jack volvió a mi lado yo le sonreí.
-Creo que lo has conseguido-dije mientras le mostraba  el ejercicio brillar.
Cuando pasé las páginas descubrí el segundo capítulo. Compañerismo. Sorprendida observé que los títulos de cada texto brillaban, como si ya se hubieran completado. “Soledad…compartir…cariño…” Sonreí feliz y le abracé.
-Hoy has aprendido mucho-dije satisfecha.
-Gracias, Arya-dijo él con una sonrisa como respuesta.
Juntos caminamos de la mano, por la calle, habiendo completado ya, una parte del camino, dos pasos, dos huellas…marcadas en la arena.

4 comentarios:

  1. ^^!
    me encantóóó! me encantariiia leer máás... ;)
    aunque sé que estás ocupada claro, como yo xd!
    pero con ganas de maas :P
    quisiera que ocurriese algo entre arya y jack... son tan monos!
    y supongo que eva estará por ahí rondando :@ aunqu me cae bien la chica!
    sigue así :)

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  2. 0.0 le pegaaa :s menos mal k jack le hizo sonreir :) me encanta baby, de verdad

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  3. Si un chico me pegara no seguiria kon el....

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