sábado, 7 de mayo de 2011

17. Un encuentro helado

Había pasado una semana desde la acampada de tenis. Jugamos mucho, fue como una especie de entrenamiento. La entrenadora se centró exageradamente en Ismael y en mí y nos obligó a jugar juntos como dobles e individual. Aunque yo, sinceramente, soy más de juego individual, me gusta tener toda la pista para mí.
Las cosas entre Ismael y yo iban bien, aunque íbamos despacio, como yo quería. Era agradable sentir que alguien te quería, y que me palpitara fuerte el pecho, era algo a lo que no estaba acostumbrada, pero me gustaba.

-Venga no te preocupes.-me dijo Abril pasándome un brazo por el cuello y dejándome un beso en la mejilla.
-¿Cómo no quieres que me preocupe?-me quejé desdoblando de nuevo mis notas para fijar mi vista en mi cuatro en matemáticas.
-Por Dios, cariño-exclamó Sam-cuatro ochos, cinco nueves…
-Y un cuatro-murmuré como si una gran ventisca se hubiera llevado mis otros sobresalientes.
-Eres asquerosa-dijo riéndose a Abril-tienes un cuatro y te quejas, yo tengo seis de esos.
-Eso es porque eres una vaga sin remedio-dije.-pero yo no…
-Oh… un cuatro en mates, ¡pero vaya inútil!
Alcé la mirada y sonreí. Ismael acababa de salir de clase y llevaba la cartera colgando de un hombro.
-Vamos un rato por ahí-me sugirió.
Yo miré a mis amigas con una sonrisa de oreja a oreja y Abril me empujó con él.
-Ya nos veremos después-murmuró riéndose y agarrando de un brazo a Sam que se dejó balancear por ella.
Las despedí con la mano y me fui con él. Íbamos caminando juntos por la calle. Dejé que me cogiera de la mano y llegamos hasta el parque que hay a la esquina del instituto. Allí nos tiramos en la hierba y miramos el cielo azul en silencio.
-No sé que me va a decir mi madre-dije lanzando el sobre de las notas y volviéndolo  a coger-me va a matar con un suspenso.
-¿Cómo se puede ser tan inútil?-preguntó riéndose-ah, claro, siendo tú.
Le miré un instante.
-¿Te ha quedado alguna?-le pregunté ignorando sus provocaciones.
-Pues claro que no, mi pequeña inútil.
-Mentiroso.
Nos quedamos mirando un instante. Estaba sonriendo de oreja a oreja como lo hace cuando miente, enseñando todos los dientes, afiliados y blancos. Me lancé sobre él, y haciéndole cosquillas, conseguí meter la mano en su mochila y sacar el sobre.
-¡Te han quedado tres!-exclamé sorprendida desplegando el papel.- ¡un dos en matemáticas!!! ¿Quién es la inútil aquí? ¿Eh? ¡A este paso tendré que ser tu profesora particular!
-No me importaría que fueras mi profesora-murmuró él sonriendo- pero preferiría que me enseñaras otras cosas.
-Eres un guarro-le dije.
-Sólo soy un romántico-espetó cogiéndome un mano y empezando a hacer dibujos con el dedo sobre ella.
Le miré con displicencia. Él capturó mi mirada y suavemente me acarició la mejilla provocando que enrojeciera.
-Has cambiado-me susurró- antes me habrías dado una torta por si quiera acariciarte.
-Por que no te conocía-me excusé- y a mí eso del amor no me iba…
-¿Y ahora sí?-preguntó acercándose a mí.
Le observé de cerca, mientras se ponía frente a mí. Con cuidado y seguridad, le aparté los cabellos que le caían por encima de los ojos. Sentía su aliento y el mío mezclándose. Iba darle un beso cuando él me tapó los ojos.
-¿Qué haces?-le pregunté sorprendida.
Sentía sus manos muy calientes encima de mis ojos.
-Tengo un regalo para ti.-murmuró.
Noté con me acariciaba lentamente el cuello, levantándolo con ligereza. Cuando pude ver, vi que había dejado en él un precioso y redondo colgante. Me quedé callada en silencio mientras lo observaba.
-¿No te gusta?-preguntó.
No estaba acostumbrada a que me hicieran regalos y el detalle me había sorprendido. Ismael inclinó la cabeza sobre mí y  nuestras narices se rozaron. Entonces empezamos a besarnos tirados en la hierba. Estaba tan concentrada que no me di cuenta de que la gente pasaba a nuestro lado y nos miraba resoplando, como diciendo que vaya juventud. De repente, Ismael empezó a hacerme cosquillas. Estallamos en risas.
-Tontina-me dijo riéndose.
-Tontísima-dijo una voz.
Levanté la cabeza sorprendida, congelada. Esa voz. Riéndome nerviosa miré a mi hermano, que estaba en frente de nosotros tan tranquilo.
-Había salido a buscarte-comentó-no me habías contado que tenías novio.
-¿En serio? ¿De verdad? Se me habrá pasado-dije apartándome.
-¿Este es tu hermano?-preguntó Ismael.
De repente vi que sonreía satisfecho. Parecía estar riéndose de un chiste interno. Fruncí el entrecejo y suspiré con pesar.
-¡Sí, petardo, plasta!-exclamé sonrojándome- Ismael, mi hermano, mi hermano, Ismael.
-Vaya ya no tengo ni nombre-se quejó sonriente mi hermano que le tendió la mano alegremente.
“Maldito”, pensé observando cómo Mark me mostraba una mueca burlona. Ese gesto me llevó a tiempos remotos, por así decirlo, cuando jugábamos al escondite por la casa, cuando cogíamos los zapatos de mi padre, los escondíamos debajo de una mata y parecía que había alguien…
-Eres tonto-dije riéndome y levantándome.
Entonces, justo cuando iba a alcanzar a mi hermano para darle una colleja, para continuar con las divertidas risas, con los momentos incómodos… me paré. Con la mente congelada, la cara rasgada en una mueca. El corazón dejó de latir un instante en mi pecho, y a continuación, lo hizo rápidamente, con fuerza y continuidad. Pensé que se me iba a salir desbocado. Me dejé caer en la hierba, mientras hacía como que no oía las palabras de Ismael, que me miraba preocupado. Mi hermano tampoco hablaba. Miraba en mi misma dirección. Pero él no estaba helado. Él estaba serio, y apretaba los dientes para evitar escapar un alarido de furia interior.  Cerré los ojos y me sujeté la barriga con desconsuelo. Caminando de la mano iban una chica hermosa y rubia, de largos cabellos. No había tardado nada en reconocerla como la brillante chica de la fiesta, Victoria. Al que menos había tardado en reconocer, era al hombre que la acompañaba. Con las lágrimas a punto de desbordarse observé como mi padre se paraba helado frente a mí, después de tantos años. Qué duro debía ser encontrarse con una hija… muy duro.


6 comentarios:

  1. Oww yo sabía! Yo sabía que Victoria era su hermanastra! Maldito su padre pedazo de pu**!
    Me encantó la presentación de Ismael con el hermano xd y cuando le dio el collar... awww
    Sube rápido!
    Girl

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  2. ME ENCANTA EL CAP.!! PUFFF! AMÉ LA PARTE DEL BESO CON ISMAEL <3. PRECIOSO!

    Pero cuando he visto la parte del padre, el encuentro...así me he quedado: O.O

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  3. Oh qué romántico! Precioso capítulo, me encanta! Besos desde http://touchtheskyforeverblog.blogspot.com/

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  4. O.o o o se va a liar una buena!!!!
    que hijo de puta que es su padre!!!!
    estoy deseando leer el siguiente!!! que ganas!!! :D
    Bsoos

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  5. El mejor capi que me he leído, Baby!!! así que...el padre Ö

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