jueves, 10 de febrero de 2011

13. Lo que empezó, se acabó.

Me desperté suavemente. Estaba en casa. Al fin. Suspiré. A penas recordaba nada del día anterior. Era uno de ésos lunes que quieres que lleguen pero cuando han llegado, tienes miedo. Aferré con fuerza las sábanas. Al final me levanté con algo de malestar. Me veía fea en el espejo. En definitiva… iba a ser uno de ésos horribles días en los que quieres darte un tortazo con una puerta y no despertarte hasta el viernes. Y por desgracia, hoy tenía que afrontar aquello que había eludido todo el tiempo… el amor. Pero eso era algo que yo solita había aceptado. Aunque ayer me había sentido fuerte, hoy se sentía vacía y con miedo. No se veía capaz de afrontar ciertas cosas. Tenía miedo.  Había logrado sonreír, y por un instante ser feliz por la felicidad de mi madre. Salí de mi cuarto, bajé las escaleras de puntillas y miré un poco desde el marco de la puerta de la cocina. Observé con algo de emoción como mi madre tenía los brazos alrededor del cuello de mi profesor suplente y lo besaba. Ambos sonreían. Mi madre era una mujer joven de unos treinta años y cinco años, y él… más de lo mismo. Parecían piezas del mismo tamaño, acoplables la una a la otra. Di una vuelta sobre mí misma e hice un poco de ruido en el pasillo para que se dieran cuenta de que “bajaba las escaleras”.  Llevaban muy poco tiempo juntos como para ya darse esos “besos”, pero no objeté nada cuando pasé a la cocina y cogí un tazón azul del armario. Era incapaz de olvidar, como una estúpida inexperta como yo se había echado encima de Ismael de esa manera el otro día. Me eché leche tranquilamente, mientras ignoraba como mi madre me miraba con cierta incomodidad. Yo había decidido mostrarme tolerante a su relación, y de cierto modo, me parecía hasta hermoso… pero esos eran sentimientos que no me apetecía que ni mi madre ni David supieran.
Cuando terminé de desayunar y prepararme, salí de casa. Recé para no encontrarme con la sonrisa burlona de Ismael, pero no tuve tan buena suerte. Se me quedó mirando desde el portal de su casa, y luego se acercó a mí. Me sentí mal cuando sus labios buscaron los míos. De mala gana le respondí.
-¿Qué te pasa?-me preguntó cogiendo una de mis manos.
-Nada… es sólo… que me siento extraña-murmuré sin mirarle a los ojos.
-¿Vas a arrepentirte?
-¿Me dejarías?
-Seguramente no.
-Idiota.
-Tú.
-Dejémoslo.
-Vale.
Con un paso alcanzó mi muñeca y tiró de ella, dejando nuestros labios a tan sólo unos centímetros.
-Ahora que eres mía, no pienso dejarte escapar.-murmuró acariciándome la mejilla.
No dije nada, mientras un escalofrío me recorría todo el cuerpo. Me sentía protegida entre sus brazos, y a la vez, la más vulnerable. Acercó sus labios a los míos y me robó un beso. Me supo a dulce; un sabor travieso y cariñoso. Con la punta de la lengua me tocó los labios. En otro momento me habría parecido asqueroso, pero viniendo de él… entonces me asusté y volví en mí, como un mochuelo que se despierta en casa ajena. Eché a correr, y simulé débilmente una risa. Quería darle a entender que le quería, sin limitaciones, pero debajo de esa sonrisa, se escondía aún, un rostro hinchado y lleno de lágrimas.
Llegamos al instituto como dos auténticos polos norte. Y si digo esto, fue, porque después de aquél beso, no me acerqué a él a más de medio metro. Me asustaba ya, hasta de mí misma. De lo que pudiera hacer. Estaba incumpliendo con rapidez, todas mis promesas. Esos juramentos de lágrimas y dolor, que se rompían y se hacían añicos frente a mi nueva adtitud. Entré en clase, y sin mirar atrás, dejé mi mochila sobre mi pupitre y me acerqué a Sam y a Abril.
-Ya viene la leona-comentó Abril con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Leona?-pregunté extrañada.
-Al final cumpliste, ¡vi en directo el morreo del armario!-exclamó ella entusiasmada.
-¿Morreo?-pregunté asustada. Deseé que eso no hubiera sido verdad, pero, ¿De qué otro modo podía saberlo? Gruñí.
-¿Sois novios?-preguntó Sam con una sonrisa pícara.
-N-No lo sé…-balbuceé. Y era la verdad. No estaba segura de en qué punto estaba nuestra relación. Era todo tan confuso… el beso de esta mañana… el miedo…
“Ahora que eres mía no pienso dejarte escapar…”

El día transcurrió algo movido. Procuraba esquivar a Ismael, pero era algo muy complicado. De pronto sentía su mano bailando cerca de mi cintura, sus labios en mi cuello o sus brazos a mi alrededor. Yo intentaba escapar, como una idiota. No sabía que en realidad le hacía daño. Pero es que yo no quería eso. Yo quería que fuéramos amigos, y a la vez, más que eso. Yo…


-Me estás esquivando.
-No digas tonterías.
Hice un revés, que hizo una onda extraña, y la pelota dio en la red. Miré hacia el suelo ignorando la mirada enfadada de Ismael.
-No te centras.
-Todo el mundo puede tener un mal día.
-Y todo tiene una causa.
Di una derecha que pasó de milagro por encima de la red. Él remató con una fuerte volea, y ni me esmeré en intentar parar la pelota con una buena derecha de fondo. Dejé que la pelota cayera en el pasillo de dobles, y clavé mi mirada en él desafiante.
-Tú tampoco por lo que se ve-dije yo como una cuchilla.
-Tú me desconcentras-me acusó algo furioso.
Cogí la pelota y se la tiré de mala gana. Él la cogió con habilidad, e hizo un saque asesino. Con rabia le devolví la pelota. Satisfecha cogí otra bola. Iba perdiendo, pero estaba remontando. Seguí jugando casi con violencia, inconsciente de que cada golpe que daba era como un puñal que se clavaba en su corazón, como un metro de separación entre nosotros, lejos, cada vez más lejos.
-¡Qué juego!-exclamó la profesora pasando por nuestra pista-seguid así chicos.
Estuvimos toda la clase lanzándonos bolas asesinas, tratando de jodernos mutuamente. Entonces la profesora pitó con ese maldito silbato rojo que tiene colgado del cuello y finalizó la clase. Yo sonreí. Había ganado. Observé su cara. Estaba abatido y furioso. Por un momento no me sentí satisfecha, pero luego volví a mi sonrisa triunfal y devastadora. Cuando iba a irme, me encontré con que había corrido hacia mi lado de la pista y me sujetaba la muñeca, enfadado. De nuevo volvía a encontrarme de cara con la realidad.
-Dime  por qué me esquivas.-exigió saber.
-No lo hago. Suéltame idiota, me haces daño-me quejé.
-Mentira. No respondes a nada. Como si no me quisieras.-espetó.
Me sentó como una cuchillada. Yo no había dicho que lo quisiera, pero sí lo sentía. Sin embargo, el dolor me hizo responder palabras que jamás habría dicho mi corazón.
-Entonces será que no me entiendes también como creía.-musité.
-No vengas con gilipolleces-exclamó él fuera de sí.
Fijé mi vista en el suelo; no quería mirarle. Sabía que si lo haría me rompería en pedazos y empezaría a llorar. ¿Por qué estaba sucediendo esto? No podía evitar sentirme incómoda cuando estaba a su lado. Casi me sentía sola, sin gente a mi alrededor, ausente. La profesora se acercó seria y nos miró.
-No os estaréis peleando, ¿Verdad?-preguntó.
-No, no pasa nada-dijo él sonriendo falsamente.-puede irse, nosotros cerramos la pista.
Ella asintió y se fue. La vi caminar lejos, y tuve miedo de que se marchara, estaba asustada. Pero no podía huir. Las cosas nos estaban saliendo bien, pero aún así, tenía que afrontarlas.
-Admítelo. No sé que te pasa. Estás muy diferente del otro día.-susurró él.
-Será que entonces estaba confundida.-dije atropelladamente.
-Entonces, ¿no sientes nada por mí?-preguntó con un hilo de voz.
-Quiero que seamos amigos.-exclamé empezando a ponerme nerviosa- y a la vez te quiero. No entiendo esto, yo…
-No vengas con gilipolleces Carla. ¿Qué es lo que quieres? Estoy harto de esta situación. Cuando tengas las cosas claras… sabes dónde está mi casa.
Diciendo esto, soltó mi muñeca y salió de la pista con paso rápido. Me quedé mirando su figura alejándose horrorizada. Se había cansado. De mí. De mi indecisión. Habíamos roto sin llevar juntos ni dos días. ¿Qué había hecho? El otro día tenía las cosas muy claras, pero hoy… me tapé la boca con las manos y ahogué un sollozo. Y después de ése, vinieron muchos más. Me dejé caer en la pista y apoyé las manos en el suelo. ¿Así era el amor? ¿Dónde estaba esa dureza que siempre había mostrado? ¿Dónde estaba mi coraza de hierro, mi protección eterna? Sonreí de rabia, de locura, de dolor. Todo de resumía en una frase; lo que empezó se acabó.






15 comentarios:

  1. :|:| Qué guapo! Pero.. yo creía que Carla quería a Ismael, no lo he entendido del todo, pero igualmente me encanta. Espero que sigas haciendo novelas porque lo vales. 1beso(L)

    ResponderEliminar
  2. ohh... "Lo que empezo se acabo" pero volberan no?
    no seras tan malaa!!!!! Me encanta el capi!

    ResponderEliminar
  3. pobrecita... aunque Ismael tiene un poco de razon, al final le va a volver loco xD
    escrib pronto porfaaaaa
    1Bsoo

    ResponderEliminar
  4. creo q con este capitulo voy a terminar de matar a straw...xd... aunque os adelanto que el proxima capitulo sera el más romántico de toda la historia!!! o por lo menos de lo que tengo escrito:)

    ResponderEliminar
  5. Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa ! *.*

    ResponderEliminar
  6. DIOS DIOS DIOS DIOS!!

    BABY BABY BABY!!

    CARLA ESTÚPIDA

    ISMAEL *___*

    Esto resúme mi opinión del capítulo:

    o.O

    ResponderEliminar
  7. lo que yo decía...jajaja, oye q son momentos emotivos!:)

    ResponderEliminar
  8. dios por que hiciste esto??
    me gustava como estavan :(
    esperare el capitulo siguiente pero no te
    desaparescas por mucho tiempo pòr fis!!
    podrias pasarte por mi blog??http://historiadeamorlovestory.blogspot.com/
    besos y cuidate!!

    ResponderEliminar
  9. oooiii!! dios mio baby pero q has exooo?????
    han de estar juntos YYAA!! espero q el proximo capi si sea romantico como dices pq sino me muero.... o sea q publica ya!!!

    ResponderEliminar
  10. AAAAAAAAAAYYYYYYY! Pero Carla! Esta bien que este confundida y todo el cuento por que es la primera vez que se enamora, pero es que.... Dioossss! No pueden terminar! Mas te vale que el proximo sea muy pero muy romantico Baby porque con este me has dejado así: O.O *-* U.U :@ y un monton de otras caritas! xDDD
    Postea pronto que quiero que vuelvan YA!
    Girl

    ResponderEliminar
  11. No se como llegue aqui y bueno entre los enlaces descubri un fenomeno muy ineteresante, el de jovenes escritores que van narrando en blogs, que simpatico, grandioso y venturoso es el saber que se dedican a crear y sacar mucho de su alma. Hay quienes dicen vive y luego escribe pero ya han vivido ustedes dejen salir lo que tienen y no lo dejen nunca. Si les gusta contar historias en equipo usando la herramienta del rol narrativo por foro les invito a participar pero solo si quieren. Seguire dando vueltas ^^.

    ResponderEliminar
  12. Ya me he puesto al día de la historia!!! Me identifico con Carla en lo indecisas que somos! Tal vez por eso no me he enamorado de nadie todavía... XD Espero que en el siguiente capítulo vuelvan juntos. O lo vas a cambiar porque todos esperamos que vuelvan? Espero que sea lo 1º!!

    ResponderEliminar
  13. huooo! baby jope! XD
    vale, lo comprendo, tienen k enfadarse pra k el reencuentro sea el MAAAAS bonito y lo mejor peroooooo x dios k se vuelvan a poner de novios! XD aish dios cn lo bien k habia empezado y lo mal k ha acabado ¬¬
    :O y ademas tuvo k cerrar la pista ella sola! XD

    ResponderEliminar
  14. Ohh!!!k bonita historia¡! te sigo ;) pasate x ms blog :) un saludo :)

    ResponderEliminar
  15. Peeeeeero esto es imposible, POR QUE CARLA L O DEJAAA! :( Qué interesante :D:D:D:(L)

    ResponderEliminar